La leche humana es el alimento de elección durante los seis primeros meses de la vida para todos los niños/as, incluídos los prematuros, los gemelos y los niños/as enfermos, salvo muy raras excepciones, y debería prolongarse por lo menos durante todo el primer año, y más allá de dicha edad si así lo desean tanto la madre como el niño/a, tal como recoge la OMS desde el año 1990.
Por tanto, la leche materna es el alimento natural idóneo para criar a los seres humanos y el alimento óptimo para el niño/a prematuro. Está cientificamente probado que alimentar a los niño/las prematuros con leche materna o leche humana donada es superior a hacerlo con fórmulas derivadas de la leche de vaca, en cuanto a que mejora la tolerancia digestiva, disminuye la frecuencia de enfermedades como la enterocolitis necrotizante, mejora el desarrollo psicomotor en la primera infancia y disminuye los factores de riesgo cardiovascular. Su uso en pequeñas cantidades como trófico intestinal desde las primeras horas de la vida se asocia también con un menor tiempo de utilización de catéteres centrales, menor frecuencia de infección nosocomial y mayor supervivencia.
Por todo ello, es preciso hacer el esfuerzo necesario para que las madres de los neonatos enfermos o prematuros consigan la lactancia, a pesar de la dificultad que supone para ellas tener a sus hijos hospitalizados, y facilitar la disponibilidad de leche materna para los prematuros en aquellos casos en los que no resulte posible conseguir la lactancia materna y las madres no disponen de leche para su propio hijo o no producen suficiente volumen, con el fin de que puedan beneficiarse del mejor alimento para ellos/as, según declaración de la OMS.
Cuando no se disponga de leche de la propia madre, la leche pasteurizada de madres donantes seleccionadas es la mejor opción para la alimentación de los niños/as, sobre todo si se trata de niños/as enfermos o de alto riesgo.
Beneficios esperados:
- Mejor evolución de los prematuros
- Menor tasa de infecciones nosocomiais
- Mejor desarrollo psicomotor a largo plazo del neonato
- Menor tasa de enterocolitis necrotizante
- Mejor tolerancia a la alimentación enteral
- Merma de abandonos de la lactancia materna